Mateo era hermano de Jacobo el Menor, y ambos eran hijos de Alfeo (Marcos 2:14). El nombre de Mateo en gr. del NT es Maththaios, o Matthaios, del heb.Mattithyãh: «don de Jehová»), también era conocido por Leví (Lucas 5:27). Era recaudador de impuestos ó publicano (Mateo 10:3) en Capernaúm, en el territorio gobernado por Herodes Antipas donde se había establecido una aduana para colectar los impuestos de la región de Galilea. Pertenecía a la clase de burócratas llamada portitores, quienes servían debajo de los publicani, los funcionarios que eran concesionarios para impuestos, según la costumbre romana de aquel tiempo. Por lo tanto, debe haber recibido cierta educación y debe haber conocido el arameo, el griego, y las lenguas latinas. Los recaudadores de impuestos, de los cuales él era uno, aunque desdeñados por los judíos, como grupo parecían dispuestos a escuchar el mensaje de Jesús con mucho gusto (Mateo 11:19; Lucas 15:1). Lamentablemente eran despreciados por toda la sociedad judía por haberse aliado con el Imperio Romano. El hecho de que Mateo al recibir el llamado de Jesús e inmediatamente se levantó, entrego su cargo, y siguió al Maestro implica que muy posiblemente había escuchado sobre este Jesús. Recordemos los milagros realizados en la casa de Pedro en esta misma ciudad.
De una manera significativa, entre los acontecimientos registrados en su Evangelio está la anotación de que lo primero que hizo Mateo después de su llamado fue invitar a Jesús a un banquete que daría en su casa. Mateo llenó el lugar con las únicas personas que pondrían un pie en su hogar, sus colegas los “recaudadores de impuestos y pecadores” (Mateo 9:11, NVI). El término era un insulto, no una descripción. Cuando Jesús fue criticado por estar en compañía de ellos, respondió: “La gente sana no necesita médico, los enfermos sí.” Y en una paráfrasis de las palabras de Miqueas 6:6–8, Jesús agregó: “Ahora vayan y aprendan el significado de la siguiente Escritura: ‘Quiero que tengan compasión, no que ofrezcan sacrificios.’ Pues no he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores” (Mateo 9:12–13).
Aparte de las listas de los apóstoles llamado por Jesús, no se le menciona más hasta el día en el “aposento alto”, cuando se dice que los apóstoles “perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hechos. 1:13–14).
Al igual que la mayoría de los apóstoles, Mateo parece haber evangelizado en varios países. Mcbirnie nos relata que Ireneo uno de los Padres de la Iglesia, dice que predicó el evangelio entre los hebreos. ¿Significa esto en Palestina o a los judíos que estaban en el extranjero? Probablemente, ambas cosas. Clemente de Alejandría, otro de los Padres Apostólicos, declara que Mateo dedicó quince años a su obra. También dice que Mateo fue a los etíopes, a los griegos de Macedonia (al norte de Grecia), a los sirios y a los persas. Uno de los primeros escritores cristianos, llamado Heracleón, declaró que Mateo no padeció martirio. Pero la mayoría de las autoridades eclesiásticas afirman que fue dolorosamente ejecutado.
Citas bíblicas acerca de Mateo
Apóstol y evangelista, llamado. Mateo 9:9; Marcos 2:14; Lucas 5:27.
Realiza banquete e invita amigos a conocer a Jesús, Mateo 9:10; Marcos 2:15; Lucas 5:29
Enviado. Mateo 10:3; Marcos 3:18.
En el aposento alto con los discípulos de Jesús, Hechos 1:13.
Bibliografía:
Lockward, Alfonso. Nuevo Diccionario de la Biblia. Editorial Unilit. 1999.
Mcbirnie, William Stewart. En Búsqueda de los doce Apóstoles. Traducido por Adriana Powell y Omar Cabral. Tyndale House Publisher. 2009.